La Esclavitud de un Estilo de Vida Estúpido.

Lee esto y te darás cuenta.

In partnership with

Este boletín es patrocinado por:

Looking for unbiased, fact-based news? Join 1440 today.

Upgrade your news intake with 1440! Dive into a daily newsletter trusted by millions for its comprehensive, 5-minute snapshot of the world's happenings. We navigate through over 100 sources to bring you fact-based news on politics, business, and culture—minus the bias and absolutely free.

Noticias Sin Motivos.

Únete a los 3,5 millones de lectores que disfrutan de actualizaciones diarias de noticias con objetividad.

1440, recopila información de más de 100 fuentes y ofrece una visión integral de la política, los eventos globales, los negocios y la cultura en solo 5 minutos.

Libre de prejuicios y tergiversaciones políticas, reciba las noticias claras.

¿Se te reenvio este correo? Suscríbete

La Esclavitud de un Estilo

de Vida Estúpido.

Lo lees en 15 minutos.

Te cuento una historia de esas que, aunque me hagan reír ahora, en su momento me dejó pensando durante días.

Fue hace unos años, en uno de esos viajes a USA que terminan siendo una mezcla entre estrés y experiencias extrañas que no olvidas.

Estaba sentado en el lobby del hotel, esperando a que llegara un Uber para una reunión de trabajo.

Eran las 7 de la mañana, llevaba solo unas horas de sueño, y lo único que pasaba por mi mente era:

¿En qué momento esto se convirtió en mi vida?

Porque mira, ni siquiera estaba viviendo una de esas aventuras de trabajo glamorosas que ves en las películas, donde todo parece elegante y emocionante.

No, no. Estaba cansado, con jet lag, un té en la mano que ya estaba frío, y un montón de correos sin contestar.

Y mientras veía pasar a la gente apurada de un lado para otro, me golpeó una pregunta:

¿Por qué carajo estamos haciendo esto?

Y fue como un balde de agua fría.

Este mundo perdió la cabeza hace rato, pero estamos tan metidos en la carrera que ni nos damos cuenta.

Piénsalo.

Cada día, tu despertador suena no porque quieras empezar el día a esa hora, sino porque el trabajo lo dicta.

Tu agenda entera gira en torno a las horas de trabajo.

Cuándo haces la compra, cuándo ves a tu familia, e incluso cuánto tiempo puedes pasar en el parque con tus hijos.

Todo está regido por lo que el jefe o el cliente de turno deciden.

Y lo peor de todo es que nos hemos acostumbrado a esa rutina sin cuestionarla.

Un par de semanas después de aquel viaje, llegué a casa exhausto.

Mi hija me pidió que saliéramos a jugar en el parque, y ¿sabes qué?

Lo que me salió de la boca fue: “No puedo, estoy demasiado cansado”.

¡¿En serio?! Cansado.

Como si eso fuera una excusa válida para no pasar tiempo con tu hija.

Y ahí me golpeó de nuevo: el trabajo nos está robando la vida.

Nos han metido en la cabeza la idea de que trabajar es la máxima prioridad.

Que es algo digno, noble, casi espiritual. Pero, vamos a ser sinceros: trabajamos porque necesitamos dinero. Punto.

Y no hay nada malo en ello, pero el problema es que nos han convencido de que el trabajo lo es todo.

¿A qué hora te levantas?

¿Cuándo comes?

¿Con quién sales? Todo lo decide el trabajo.

Y esto no es porque estemos cumpliendo una misión divina, ni porque nos apasione tanto lo que hacemos que no podamos vivir sin ello.

Es el bendito dinero. Sin trabajo, no hay dinero. Y sin dinero, ya sabes, no hay vida (o eso es lo que nos han hecho creer).

Te lo pongo de esta manera.

Hace un tiempo conocí a una pareja en una de esas reuniones de networking.

Gente que, a simple vista, parecía tenerlo todo. Ganaban 7.000 dólares al mes entre los dos, vivían en una zona de lujo, tenían una segunda residencia en la playa, y hasta un Hummer estacionado en su casa.

Todo pintaba de lujo, ¿no?

Bueno, resulta que estaban medio arruinados. Y no porque ganaran poco, sino porque gastaban hasta el último centavo en mantener esa fachada de vida perfecta.

Lo compraron todo a crédito, porque claro, ¿qué sentido tiene vivir si no puedes impresionar a tus amigos con tus “logros”?

Y ahí estaban, atrapados en un ciclo interminable de trabajar para pagar deudas.

No podían parar. Si dejaban de trabajar, se hundían.

Tenían que seguir alimentando esa máquina infernal que habían creado, y lo peor de todo es que, de puertas para afuera, parecían la familia perfecta. Pero de puertas para adentro… era un caos.

Y ese es el gran problema, ¿verdad?

Nos han vendido la idea de que el éxito es igual a tener más cosas.

Y mientras más caro, mejor. Pero aquí va una verdad incómoda: no eres más exitoso por tener más cosas, solo te estás metiendo en una rueda de hámster que nunca para.

Trabajas más, para ganar más, para gastar más, para impresionar a más gente que, en el fondo, ni siquiera te importa.

No me malinterpretes, no hay nada malo en disfrutar de lo que ganas.

Pero hay una diferencia enorme entre disfrutar y esclavizarte para mantener una imagen que solo existe en tu cabeza y en la de tus vecinos.

Te doy otro ejemplo.

Hace poco, un conocido se compró un iPhone 15 Pro, lo último en tecnología.

Pero, ¿adivina qué? Lo tiene con una funda tan gruesa y fea que parece una mini caja fuerte.

¿La razón? No puede permitirse romper la pantalla. Sí, se compró un celular de lujo, pero si se le cae y se rompe, no tiene cómo pagarlo. ¿No es irónico?

Y ahí es cuando te das cuenta de que estamos jugando un juego ridículo.

Nos pasamos la vida tratando de impresionar, viviendo por encima de nuestras posibilidades, porque eso es lo que la sociedad nos ha enseñado que debemos hacer.

Comprar cosas que no necesitamos, con dinero que no tenemos, para impresionar a gente que ni siquiera nos cae bien.

Entonces, la verdadera pregunta es:

¿Qué estamos haciendo con nuestras vidas?

Te lo digo en serio, no se trata de tener el carro más caro o el móvil más nuevo.

El verdadero lujo es tener opciones. 

Tener la libertad de decidir qué hacer con tu tiempo, con tu vida y con tu dinero.

Si quieres trabajar, que sea porque lo disfrutas, no porque estás atrapado en una espiral de deudas.

Si quieres comprarte algo caro, que sea porque puedes, no porque necesitas impresionar a alguien más.

Así que, la próxima vez que te encuentres eligiendo un restaurante caro solo porque te va a quedar bien en Instagram, o comprando algo solo porque quieres mostrarlo, pregúntate: ¿es esto lo que realmente quiero, o estoy siguiendo un guion que me impusieron?

Porque, te lo digo con toda sinceridad: la verdadera riqueza no es tener más.

Es tener la libertad de elegir.

La pregunta que te dejo:

¿Tú tienes opciones?

Nos leemos pronto,

Edgady.

En mi Canal de YouTube

Pensamientos Contrarios: Herramientas Para Desarrollar un Pensamiento Crítico Sólido

Esto es todo.

Antes de irte te doy tres cosas que te pueden ayudar:

  1. Directo a tu bandeja de entrada : Este entrenamiento te da todo lo que necesitas para aprender como vender el 86% de tus productos a través de mi estrategia adorada. El Email Marketing.

  2. La Nueva IA 2.0 Abrirá Una Rápida "Oportunidad de Riqueza": Para que personas comunes y corrientes participen en el BOOM de la IA en un mercado de 15.700.000.000.000 de dólares. Tu Segunda Oportunidad : Si te perdiste las criptomonedas, la IA 2.0 será 10 veces más grande.

  3. Conoce Mi Método MaaT. Inicia con buen pie invirtiendo de manera inteligente en el mundo de Internet.

Club IPI

Tengo una zona privada de ideas de ingresos, cómo manejar tu dinero, cómo invertir y más,

“El dinero ama la velocidad. Esta es tu oportunidad para despegar y alcanzar tus metas financieras”

Únete al IPI Club ahora y empieza encontrarás “La Vía Rápida” para tu Bendito Dinero.

¡No te quedes atrás!

Nos vemos en la próxima entrega

¿Te gusta lo que ves?

Suscríbete ahora o asociate con nosotros

Reply

or to participate.